lunes, 19 de septiembre de 2011

Sonaba.

Las notas habían olvidado lo que se sentía el ya no estar apresadas en los finos trazos de un antiguo disco de vinil.

Sin más por el momento los latidos divagaban antiguas verdades o quizás hechos inciertos. Pero nadie sabía ya; no. Ni el más ingenuo recuerdo de los juegos a obscuras de aquél verano pre-adolescente lo podía advertir.

El infalible refugio de los apasionados y jóvenes el cuarto oscuro siempre es. Respiraciones inciertas acerca de cómo se sentirá. Eso no se sabe.

Ella llamaba...al día de hoy su nombre todavía me vuelve loco. Amor de mi hermano; no, no. Amor mío.

Simplemente un pedacito idealizado de lujuria, pero el silencio ya no está. Ayer Córdoba me veía, hoy sus cerros ya no son. Ni significan, ni están.

Fuego, como lente, mira. Captura lo que quiere. Enseña lo que siente. Hoy amo, y ni sé ni me importa si ella ama devuelta.

De eso tampoco se trata. El silencio no.

Ya se fué, quedó solo una gota de mi piel y mi noche en tus sábanas. De los besos no dados; no más suerte ni casualidad. Solo nada. Llenos de esto y aquello. Son vos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

E1 - Como E.T. Pero tropicalizado.

Entonces en un momento el humo me invadió. Luego, sin tener en claro el por qué, se alejó. Entre semana y de tanto en tanto me acerca. Me hace respirar fuerte. Hoy, como es domingo, todo es diferente.

Poco a poco tu recuerdo ya no está. Mi cuello tampoco parece extrañar tus caricias.
Lo que si tengo que admitir es que de un día para el otro, el tiempo se enfiró.
Todo a mi alrrededor dejó de ser. Las charlas, los momentos, los silencios, las mentiras e inclusiver la discimulada traición se volvieron más asimilables. Entonces acepté. De hecho todo devino consecuentemente a lo sucedido aquella tarde de otroño. Para aquél momento miles de toneladas de material, concreto y hormigón armado fungían como pilares a un circunstancial techo mojado que reflejaba lo que más de 8 millones de almas motorizadas y 20 milk Guadalupanos sentían día a día. Secos en esta laguna sin control al olvido.

Me olvido. Se omite. Lo omito.

Lomito.

No más trazos.
No más momentos.
No más nectar.
Ya no queda más tiempo.

- "Chaz carnal. Te pasas de trágico".

...En papel parecía tannnto más.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mr.1

Quizás más bien conocido como Arturo Ramírez, Hugo Barbadeux en el fondo era un hombre normal. Años atrás, entre otras cosas, había sido zapatero; sus manos curtidas por el pasar de las agujas y por el rudo rastro del metal de las herramientas denotaban que los años no habían pasado en vano...que hueva de historia.

Entonces un día te encuentras sentado, usando los mismos zapatos que usabas hace 3 años. Que chingón no?

- Frase aleatorea nº 3. 230

En el intestino delgado se alojan pequeñas - Encendedor. Poxipol. Creedence Clearwater Revival. Heard it through the gravepine.

Me caga el nacaje - Me cagan los bancos - Me cagan los cajeros - Me cagan los supermercados - Me caga que el shampoo me haga arder los ojos - Me caga no saber cerrar los ojos lo suficientemente bien como para que no me entre el champú en ellos - Me laten los chimpancés; me hacen acordar a mi abuelo / Abi - Mi abuela siempre olía a "Whisky" Criadores /oobvio rebajado/ y a "Jockey Light Suaves". Son esas historias de familia que a uno derrepente...

Una vez, entrando a un auto, se me atascó la cabeza entre el marco de la puerta y la estructura del mismo.

Una vez caminando por mi cuarto me clavé un mondadientes en la pantorrilla derecha. Lo saqué con una pinza.

Una vez comí una torta en un puesto de Toluca y al rato, ya llegando a Valle de Bravo me dolió la panza.

Una vez vos estabas leyendo hechos pendejos sobre la vida de un desconocido y te diste cuenta que está bueno contar y saber historias (Y que quizás, derrepente si te consideras en una situación económica lo suficientemente estable cómo para darle hogar a ese pequeño gatito negro que siempre quisiste, pero nunca te animaste a tener o por que tu mamá no te dejaba, o por que te caían mal los gatos hasta hace un rato, o por que tu novia era alérgica).

Verborragea -

Letras y más letras, botones y más botones. Historias y más historias. La vida se ha vuelto un pinche caracter. Todo está en el historial.

Que mamada -

Pero están chidas, así que no hay pedo.

martes, 20 de abril de 2010

Oscura la nochestá.

Estoy en un hueco. Literalmente.

Entre 4 paredes que sobrepasan fácilmente los 5 metros de altura. Rodeado por plantas y un aire que me sopla una pregunta: Porqué carajos no tengo sweater?

Estoy solo en ese hueco, solo yo, mi lap y la oscuridad.

Si estiro mi brazo no veo mis dedos.

Es extraño encontrarse en una situación de estas características. Amistad escribe letras por msn.
Soledad no responde.

Cosas que pasan.

Que emo que están estas palabras...

No se ni para qué las escribo. Menos para quién.

Creo que la principal razón por la cual no tengo trabajo es... No; no sé por que no tengo. Pero es una mierda, por que en situaciones como estas, uno se lleeeeena la cabeza de pensamientos de mierda, cosas que frustran, que frutan y que eructan. Que mierda...hoy; hoy todo es una mierda.

La inutilidad al cubo. Me siento como una Victorinox de esas que tienen miiiiiiil pelotudeces, y ni un uso. Verborragea pendeja emanando sinceridad.

Como una Victorinox de pescador en el medio de un desierto desierto.

Quizás me debería ir al mar.

El mundo muestra su pedacito de la cara más aburrido cuando uno no tiene trabajo. Me aburre estar aburrido.


domingo, 24 de enero de 2010

Una más.

Otra noche en Tenochtitla.

Otro frio viento seca mis manos.

No entiendo como, ni porqué, pero ando de melancolico.

Sediento de recuerdos de pasadas amistades las cuales se borran a cada latido de mi robot de pulsera.

Con sueño, algo crudo de ayer y todavía algo borracho de hoy.

Solo; Como hace mucho tiempo no lo estaba... Como hace tanto no lo sentía.

Momento de cambios y de nuevos proyectos...recuerdos que se borran con el correr de las agujas.

Un suspiro; un aire que entra y un soplido que se aleja con ansias de libertad...El cerebro muere poco a poco, el hambre crece.

Cual fuego artificial que se pierde en el aire me quedo dormido sobre mis letras.

Ocho horas de frío y soledad me esperan, doce de realidad en el horizonte.

martes, 1 de septiembre de 2009

Sour Times

Se asomo por la ventana y lo vio. Cualquier otro día el hubiese pasado por alto ese hecho tan cotidiano, pero esa noche había algo distinto en el aire. Mejor dicho, su extraño día le había anticipado, por decirlo de alguna manera, que cualquier cosa podía pasar. A la mañana en un mercado un brujo le había ofrecido un pez diablo. Otro, peyote. Si; suena raro, pero es que en su nativa ciudad todo era posible. “Lleve sus rico tamales oaxaqueños…” se asomo entre las cortinas y el hombre seguía ahí. No parecía amenazador, es más de hecho, posiblemente ni sabía que alguien lo estaba observando. Sentado. Cruzado de piernas, encima de un banco de plaza algo escribía. ¿Acaso estaría tomando notas de mis movimientos? ¿Realizando trabajo de “inteligencia” para alguna organización criminal?…

Daniel llamó a su novia…Hola…pg…ck chsss…o…tu, tu tu. (Se cortó). Salió al balcón. Miró al cielo…Volvió a marcar. Hola…si, ee no pienses mal ni nada, pero cuando estés abajo avísame, y te bajo a abrir le dijo. Ella respondió un seco OK.

Daniel, o “danz” como lo llamaban sus amigos volvió a su departamento, apagó todas las luces, y se sentó en un banco como de bar que tenía en la pequeña barra que separaba su cocina del comedor. Encendió un cigarrillo y lo miró. Observo como el hombre de la banca seguía en su mundo. Apoyo el cerillo a medio apagar en el canto de la barra. “¿Porque no se irá?” Se preguntó. “Puta madre” Se puso de pié. Agarro su chamarra, sus llaves y salió de su departamento. Como en casi todas las ocasiones, la luz del lobby fallo al primer intento de encenderla. Insulto en voz baja al conserje, a su madre y a su hermana. Volvió a presionar el botón y las luces bañaron las manchada y húmedas paredes de las escaleras.

Bajó 36 escalones. Desde niño tenía la costumbre de contarlos…Eso era algo que su hermana le había inculcado, y con el pasar del tiempo se había vuelto más que una costumbre, casi una obsesión.

Llego a la planta baja. Inclinó su cabeza, sonrió tímidamente, y con ese gesto saludo con sus ojos a la señora del 2º B. Siguió su camino.
La luz automática del pasillo se apagó…La luuuzz gritó “amablemente”….la señora picó el botón. Agarró el manojo de llaves, entre el cigarrillo y los pocos nervios que tenía sintió como ellas se resbalaban…había perdido la única que abría el metal. Se agachó. Las levantó, y volvió el proceso de reconocimiento de llaves…la encontró, la puso en la cerradura, y con un estridente sonido la puerta comenzó a bostezar. Para cuando la había terminado de abrir. Una bocina lo espanto. Se llegó a escuchar un muteado “Chinga tu madre.” Desde el casco del muchacho del delivery al tenso conductor de un taxi de sitio. Pasado el evento miró entre las plantas y notó que el extraño hombre seguía ahí. “Que hombre más extraño” pensó. Solo habían pasado 10 minutos.

Tiró su cigarrillo al piso. Visualizó un plano cerrado a su pie. Cambió la goma de sus converse por el cuero curtido de una bota e imaginó ser Clint Eastwood en: “El bueno, el malo y el feo”. Lo pisó realizando un pequeño giro de su tobillo. El cigarrillo se deshizo contra las baldosas de la vereda. Se acomodó el cuello de su chamarra y empezó a caminar en dirección a ningún lugar. Encendió su Ipod. David Bowie sonaba en sus auriculares. De entre la seca guitarra de Jean Genie se escuchó un grito: “!!!!Los bomberos, por favor alguien llame a los bomberos!!!!”
Se estaba incendiando un departamento. Miró para arriba y exactamente desde su ventana vio como una violenta llamarada envolvía las ramas de un árbol que al instante se encendió. Su teléfono vibró. Abrió la tapa. Mensaje: En 2 mins estoy ahí. Otra vibración. Cerro mensaje. Abrió mensaje nuevo. Ya estoy abajo.

La señal en su edificio no solía ser muy buena. Y cuando el teléfono se “conectaba” a la red los menajes le llegaban todos de repente.
A la distancia vio su cara. Pálida como helado de limón. Tiesa como un adoquín. Que pasa “danz”? - ¿Estás bien?

El miró por sobre su hombro. Miró su reloj. El hombre ya no estaba. Ella no entendía.

Ella vió para arriba. Lo jaló del brazo.

Las sirenas ahogaron sus pensamientos. Se sintió aturdido. Un cerillo mal apagado había desatado la desgracia en la casa de un hombre que, hasta esa tarde, se había preocupado mucho por las cosas que suceden en las calles de cualquier ciudad.

B.A.I

martes, 11 de agosto de 2009